Entrevista

PILAR SABATER VALVERDE

Jefa de Administración y Promoción Exterior. 44 años en Proexport.

 

Detrás de toda organización, hay una persona que no se lleva el reconocimiento mediático, pero que es clave en su trayectoria. En Proexport, esa persona se llama Pilar Sabater, actual jefa de Administración y Promoción Exterior. La emblemática Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia no sería lo mismo sin ella. Es una pieza clave en la asociación. Nadie ha estado tanto tiempo como ella en la casa: 44 años. Toda una vida. Ha pasado por todas las etapas y ha convivido con todos los presidentes y directores. Conoce a prácticamente todo el mundo y mantiene una estrecha cercanía con el sector y sus empresas. Ha sido la constante a lo largo de su historia.

Destacan los que han trabajado con ella que Sabater es una todo terreno, la primera en llegar y la última en irse. Una trabajadora entregada, eficiente, de carácter optimista y conciliador, que ha dedicado su vida a la asociación. A las puertas de su jubilación, Proexport le ha dedicado un merecido reconocimiento en su Asamblea General de socios 2023.

Es usted trabajadora de Proexport desde hace 44 años. ¿Pensó que estaría tanto aquí cuando comenzó?

Qué va. Yo empecé aquí muy cría, con 19 años, y he dedicado toda mi vida a esta asociación. Entonces estaba a punto de empezar los estudios de Información y Turismo y vine aquí un verano a ayudar a mi padre, por entonces secretario general de la Asociación, porque estaba muy agobiado. Yo le dije que me venía con él para coger el teléfono o hacer algún recado. Mi idea era seguir con mis estudios y dedicarme luego a algo relacionado con ellos. Pero luego estaba aquí a gusto y el presidente Pedro Casanova me propuso quedarme, ya cobrando, mientras continuaba estudiando, y lo pensé y me pareció una buena opción. Terminé mis estudios, pero ya me quedé aquí. Me encontraba bien y me gustaba mucho el trabajo.

¿Qué significa para usted el reconocimiento que van a hacerle?

Para mi significa que ya no puedo ni dormir, fíjate. Estoy nerviosísima, la verdad, y no sé si me saldrá la voz. Me emociona mucho, pero no sé si sabré qué decir. Es un orgullo enorme. También se lo hicieron a mi padre. Entonces se daba una insignia que era el Tomate de Oro y me la pondré ese día en su recuerdo.

Usted entra en Proexport en 1979. ¿Cómo fueron aquellos comienzos?

Cuando yo entré, nuestra sede estaba en calle Santa Teresa y la única persona en la oficina era mi padre, Antonio Sabater, y no daba abasto. Entonces no era Proexport todavía, sino su embrión: la Asociación de Empresarios Exportadores de Tomate de Invierno. Teníamos asociadas muchas empresas del sector tomatero, la mayoría de Mazarrón y Águilas. En aquellos años se daban cupos para poder exportar a Europa y se revisaban semana a semana. Los jueves nos reuníamos en Murcia y el viernes íbamos al Ministerio de Agricultura para acordar el cupo de cada provincia. A mi padre lo llamaban por teléfono y en Murcia teníamos que distribuir esos cupos, que definían los kilos que estaba autorizada a exportar cada empresa. Era prácticamente el único trabajo que se hacía entonces, pero sometido a gran presión y todo había que hacerlo en persona.

La asociación ha cambiado mucho desde entonces y usted ha sido testigo privilegiada de todo. ¿Cómo ha visto esa evolución?

La veo de forma muy positiva. Empezamos como asociación de productores de tomate y con el paso de los años y la transformación de la agricultura regional poco a poco fuimos incorporando más sectores productivos y empresas que los representaban. La lechuga y cultivos de hoja, el brócoli y la coliflor, melón y sandía, pimiento, cultivos menores, etc.  Todos apreciaban estar en una asociación seria que los representase y los defendiese. Fuimos ganando en cantidad y calidad del servicio también. Además, cuando España entró en la Unión Europea, cambió todo porque había que adaptarse a todas las nuevas normativas, a la PAC, incorporar sistemas de calidad, formación especializada, asistencia técnica agronómica, etc. El trabajo se volvió más complejo y también nos obligó a ampliar el equipo y a participar en organizaciones en Bruselas. Creo que Proexport ha ganado un mayor protagonismo en el sector y es una de las asociaciones más importantes y respetadas dentro y fuera de la Región.

Dicen que conoce la historia del sector mejor que nadie. ¿Es un sector duro?

Es muy complicado porque empresas y agricultores tienen que manejar muchos frentes, desde problemas con el clima y el agua para regadío, a la negociación de los convenios para miles de trabajadores, que hacemos aquí, pasando por los duros requisitos para cada supermercado, el transporte, las infinitas normas agrarias y medioambientales, etc. La gente no sabe realmente todo lo que conlleva.

¿Hay cultivos más complicados que otros?

Sí, yo diría que el tomate, que requiere estructuras de invernadero. Las semillas de tomate las guardaban antiguamente en las cajas fuertes. Eran muy caras y las traían de Holanda. Las lechugas, sin embargo, decían ser más sencillas de cultivar. Hubo un momento en que aparecieron exportadores de lechuga debajo de las piedras. Pero luego eso cambió bastante, de hacer sólo 2 variedades, iceberg y romana, pasaron a tener que cultivar y comercializar más de 20, porque el consumidor es ahora mucho más sofisticado. Todo es ya complejo.

¿Y qué nota daría a las empresas de la agricultura regional?

Las empresas agrícolas regionales son un ejemplo a seguir. Para mí han tenido una evolución sobresaliente. No tiene nada que ver lo que eran y lo que son. Son empresas punteras en todos los ámbitos. Con plantaciones de productos nuevos, maquinaria, tecnificación, eficiencia y con profesionales muy bien preparados.

Lidiar con los intereses de más de 100 empresas distintas no debe ser fácil.

Es complejo, te lo aseguro. Para mí ellos son mis jefes y siempre he sido muy respetuosa con todos. Y ellos igual conmigo. Para mí esto ha sido mi casa y nos hemos tratado con mucho cariño. Pero bueno, al final ellos son compañeros en la asociación, pero también competidores en los mercados y eso a veces es difícil de gestionar.

¿Ha habido más paz que guerra?

Sí, hubo más enfrentamientos sobre todo en la época de los cupos. Después ya ha sido todo mucho más sosegado y en la Asociación se respira cooperación empresarial por los cuatro costados.

Las ferias de negocios también debían ser intensas.

Las ferias son un palizón. Especialmente la de Madrid (Fruit Attraction) porque casi todos nuestros asociados acuden con stand propio. La organización es tremenda, hay que estar pendiente durante todo el año. Y luego siempre surge alguna discusión por los espacios que asignamos, por sorteo. Todo el mundo quiere estar en una determinada ubicación, pero es imposible contentar a todos. Además, organizamos varios eventos paralelos, recibimos al ministro y otras autoridades y negociamos con clientes internacionales… Son tres días de trabajo muy importante y es muy intenso para nosotros y nuestros asociados.

Ha visto pasar a todos los presidentes: José Mena, José Hernández, José Cánovas, Miguel Durán, Juan Marín y ahora Mariano Zapata. ¿Cómo ha sido su relación con ellos?

Para mí ha sido un privilegio. Cada uno ha sido muy diferente y ha tenido su estilo. Pero he trabajado con todos muy bien, no te puedo decir que con uno mejor que con otro. Pepe Mena era una bellísima persona, pero nos duró muy poco porque murió enseguida. Miguel Durán era un buenazo. Dejaba mucho trabajar a todos y era una bellísima persona con la que crecimos mucho. Pepe Cánovas fue presidente en funciones un plazo breve, en el que mantuvo cohesionada y unida la Asociación.

Pepe Hernández me ha contado que fueron unos años bastante difíciles y muy reivindicativos por vuestra parte, con varias manifestaciones en Madrid.

Con Pepe estuve 20 años en dos mandatos, en los 80 y 90s. Tiene una personalidad arrolladora, una capacidad de trabajo bestial y estaba encima de todo hasta el más mínimo detalle. Con él se dio todo el cambio de la antigua asociación del tomate a la actual Proexport. Se creó el logo, impulsó la federación nacional FEPEX, de la que somos fundadores, empezamos a ir a las primeras ferias internacionales y también participamos activamente en manifestaciones, como aquella contra la entrada indiscriminada de tomate de Marruecos en que paralizamos Madrid.

Juan Marín fue el más joven, un cambio generacional. Y ahora Mariano Zapata.

He trabajado muy bien con Juan Marín. Ha sido un apoyo, un amigo y nos hemos entendido desde el principio. Con él la Comisión de Gobierno también se renovó con nuevos empresarios y profesionales. Ahora, con Mariano Zapata llevamos poco tiempo, desde diciembre de 2021, pero como nos conocemos desde hace tantos años, todo funciona muy bien. Tantos presidentes y de tanto nivel demuestra que Proexport es una excelente escuela de liderazgo empresarial.

Todos los presidentes con los que ha trabajado se deshacen en halagos hacia usted.

Son muchos años. Sinceramente, me enorgullece y me emociona que hablen así de mí.

Se jubila en poco tiempo. ¿Cómo afronta esta nueva etapa?

El 11 de noviembre es mi cumpleaños y empezaré otra etapa. Son muchos años y necesito descanso. Ha sido muy intenso y con los años, cada vez más. Ahora quiero dedicarme a viajar y a disfrutar.

¿Lo echará de menos?

Pues me quedo con ganas de ir a la última feria de Fruit Atracttion, que es en octubre en Madrid, pero no puedo por motivos personales. Otras veces he puesto a mi trabajo antes que mi familia, pero ahora no puedo.

Eso dicen, que usted era la primera en llegar y la última en irse.

He pasado mucho tiempo aquí, más que en mi casa. Recuerdo cuando mi madre estaba enferma y yo la acompañaba en el hospital y seguía trabajando desde allí.

¿Qué planes tiene para la próxima etapa?

Voy a viajar todo lo que pueda. Tengo familia en Lima (Perú), en California y en Canadá. Espero visitarlos a todos.

¿Qué es lo mejor de estos 44 años?

Lo mejor que me llevo es a toda la gente que he conocido, mis presidentes, los miembros de las comisiones de gobierno y mis compañeros, que hemos sido una familia porque lo hemos compartido todo. Pero no voy a perder el contacto con ellos. Vivo cerca, así que vendré a verlos y a tomarme el aperitivo los viernes.

¿Y lo más difícil?

Pues me gusta quedarme con lo bueno. Si ha habido algo malo, es la gente que se ha quedado en el camino. Personas que he querido y se han ido.

Asegura el actual director de Proexport, Fernando Gómez, que es usted irremplazable y un ejemplo de los valores que representa esta asociación.

Fernando me quiere mucho y yo también. Me emociona que diga eso, pero nadie es imprescindible. Lo único es que yo llevo aquí más de cuatro décadas y quien venga tiene que aprenderlo todo poco a poco.

Entonces, no se arrepiente de haber cambiado Información y Turismo por Proexport.

No, de verdad que no me arrepiento. He viajado, he conocido a mucha gente y he disfrutado mucho haciendo mi trabajo. Me voy muy satisfecha.

 

La opinión de los presidentes

José Hernández

“Pilar lo hacía casi todo en los años en los que yo estuve de presidente. Todos los reconocimientos que le hagan, son pocos. Le salieron los dientes en Proexport. Magnífica persona y muy trabajadora. Atenta y cariñosa con todos los socios. Cuando un socio necesitaba algo, era ella la que solucionaba el problema. Se lo merece todo porque ha dedicado su vida a Proexport”.

Miguel Durán

“La conozco desde que empezó. Ha sido la mejor persona que he conocido en el entorno del trabajo. Se ha hecho de querer. Siempre me ha ayudado en mi trabajo. Es una persona muy eficiente y por eso ha estado tantos años a pesar de tantos cambios y de presidentes que hemos pasado por allí. Este reconocimiento era obligado. Le tengo un cariño especial.”

José Cánovas

“Ha sido una trabajadora excelente. Una profesional muy eficaz y constante en toda labor que ha realizado. Además, con una gran amabilidad con los socios y una disposición total a colaborar en todo. Creó escuela porque de esa forma los que llegaron después han seguido su buen hacer, lo que ha facilitado siempre el trabajo”.

Juan Marín

“Cuando yo llegué me ayudó en todo. Una persona discreta y conciliadora, un apoyo y un bálsamo en los momentos difíciles. Es la persona que cualquiera querría tener en su empresa, siempre al servicio de cada socio y de la casa. Ha viajado, ha llevado las cuentas, tratado con los socios, organizado las ferias. Era la primera en llegar y la última en irse. Sin duda, una pieza fundamental en Proexport”.

Mariano Zapata

“Pilar es una persona que ha trabajado con una dedicación total y un compañerismo enorme. Teníamos que agradecerle su compromiso y dedicación a lo largo de tantos años. Es una pena que se vaya porque es una pieza fundamental en Proexport. Le vamos a echar muchísimo de menos”.

 

Descarga el dossier con la entrevista a Doña Pilar Sabater

 

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