Han sido varias las acusaciones que el sector agrícola murciano ha recibido en los últimos tiempos sobre ‘las malas condiciones’ de trabajo que sufren los trabajadores en el campo. El hecho de que dichas acusaciones se formulen habitualmente de forma genérica causan un gran daño a la labor que empresas como la nuestra desempeñamos para controlar que se cumpla la legislación en materia de relaciones laborales, de prevención de riesgos y, sobre todo, el compromiso que adquirimos con el respeto a los estándares éticos y los derechos humanos.

Hoy en día, que se dé una situación generalizada de condiciones irregulares de trabajo en las grandes empresas hortofrutícolas es muy difícil. Es más, diría que es prácticamente imposible, debido al sometimiento de controles internos y externos, tanto de las administraciones públicas como de las empresas auditoras externas, así como a los chequeos internos de nuestros propios departamentos de recursos humanos y de ética, en los que velamos por el cumplimiento de la normativa sociolaboral.

Las normas éticas  y laborales que nos exigen los clientes van más allá de las normas legales de obligado cumplimiento en el sistema jurídico español y, en caso de grave incumplimiento, podemos ser sancionados directamente por ello. Ante cualquier situación de ilegalidad, los propios trabajadores o sus representantes pueden ponerla en conocimiento de la Dirección de la empresa o presentar denuncia ante la autoridad laboral. De hecho, existen protocolos de actuación desarrollados internamente en la empresa de los que son informados, al inicio de su incorporación, tanto empleados como representantes sindicales.

Las auditorias éticas a las que somos sometidos, como “Ethical Trading Iniciate” (Sedex–SMETA) o “Grasp GlobalGAP Risk Assessment on Social Practice”, entre otras, son procedimientos complementarios que revisan el cumplimiento de normativa y estándares en materia laboral, de prevención de riesgos laborales y derechos humanos. Y sus auditores independientes no sólo chequean documentación, sino que se entrevistan con los trabajadores de manera aleatoria y confidencial, para conocer de primera mano  sus condiciones y el compromiso de la empresa con ellos.

Créanme, no es nada fácil gestionar las relaciones laborales de cientos de empleados con distintas nacionalidades y culturas. No obstante, puedo decir que empresas como la nuestra, y entre las que se encuentran la mayoría de los asociados de Proexport, trabajamos intensamente por hacer más de lo exigido por la normativa, promoviendo además los valores de dignidad y respeto entre nuestros trabajadores.

Es una imagen muy real que está lejos de esa en la que, con excesiva frecuencia, se utiliza un caso particular de mala praxis para generalizar sobre todo el sector agrario, tirando por tierra la reputación de muchas empresas serias, y la perseverancia y firme compromiso de tantos empresarios y profesionales que nos esforzamos por aplicar las mejores prácticas sociolaborales.

Tanto el departamento de Recursos Humanos como el de Prevención de Riesgos Laborales están integrados en la estructura organizativa de nuestras empresas. Ambos velan por la seguridad de nuestros trabajadores y se preocupan cada día porque el trabajo se desarrolle en condiciones seguras y óptimas, estando en continuo contacto con ellos.

Todos los trabajadores antes de formar parte de la plantilla son dados de alta en la Seguridad Social, se someten a un reconocimiento médico y reciben por parte del departamento de Recursos Humanos una bienvenida e información sobre los procedimientos internos de la empresa. Nuestros departamentos de Prevención de Riesgos Laborales y de Calidad les imparten formación específica en cada materia y en distintos idiomas.

Es necesario que el personal que manipula nuestros productos esté formado y conozca cómo actuar en cada momento. Que reciba una formación inicial y continua se debe a que trabajamos por campañas en un sector dinámico y en constante evolución, que incorpora constantemente nuevos sistemas o métodos de trabajo, nuevos productos, nueva tecnología y nuevos mercados.

Todo ello contribuye a que la gestión de las personas de nuestra empresa se adapte a cada situación y no se estanque nunca en el pasado. Humildemente, déjenme presumir de que quien come un brócoli de Agromark, puede decir que éste está impregnado de un valor y ADN humano: nuestro compromiso con la dignidad y el respeto de la persona.

Cristina Navarro, directora de Recursos Humanos de Agromark 

Artículo publicado en el Diario La Verdad de Murcia el 17 de enero de 2109:
https://www.laverdad.es/nuestra-economia/sector-agrario-humano-20190117011134-ntvo.html

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