Desde que el 23 de junio de 2016 los ciudadanos británicos decidieron desvincularse de la Unión Europea, las empresas hortofrutícolas murcianas que contamos con Reino Unido como uno de nuestros más destacados clientes, sufrimos los contratiempos de dicha decisión y avanzamos con preocupación hacia un rumbo incierto.

Hemos trasladado a las autoridades regionales, nacionales y europeas la necesidad de que esta transición se realice con las medidas adecuadas, previendo el peor escenario posible, para poder afrontar el cambio sin que se formen cuellos de botella ni se obstaculice el comercio actual por temas arancelarios, fitosanitarios o de tránsito en la frontera. La posibilidad de un ‘brexit’ duro resulta cada día más real y con ella estamos trabajando en Proexport.

Los productores hortofrutícolas y las principales cadenas de distribución británicas huimos de la idea de una ruptura que pueda romper la fluidez comercial que hemos tenido hasta ahora.

Juan Marin, presidente de Proexport

Por eso, el British Retail Consortium, con las grandes cadenas de distribución a la cabeza, ha advertido recientemente a los miembros del Parlamento que es imposible acumular alimentos frescos y que sus lineales pueden quedarse vacíos tras el Brexit. El 90% de las ensaladas, el 80% de los tomates y el 70% de la fruta la importan de la UE, con España y Holanda a la cabeza.

Como respuesta, el Gobierno británico ha anunciado esta semana un paso simplificado por aduanas, que permite aplazar el pago de aranceles un mes después de importar los bienes. Se trata de una medida transitoria que aplaudimos.

Pero advertimos que en el escenario de un ‘brexit’ sin acuerdo, se prevé la aplicación de aranceles a la importación, que pueden encarecer el coste de las frutas y hortalizas una media del 10%.

Ese coste no lo podemos asumir los productores, ya que vendemos los perecederos a un precio muy ajustado. Serán nuestros clientes, los supermercados británicos, quienes deban trasladarlo a los consumidores, con las consecuencias que esta medida puede ocasionar en un descenso del consumo de verduras entre los ingleses.

Pero no queda ahí la incertidumbre constante del ‘brexit’. Estamos preocupados porque, al convertirse Reino Unido en país extracomunitario, podría regir la aplicación de nuevas normas sanitarias y fitosanitarias. Hasta ahora, las verduras que diariamente enviamos a los británicos, lo hacen bajo el marco de normas comunitarias admitidas en todos los estados miembros.

Hemos solicitado poder expedir un auto-certificado y, para ello, el Ministerio de Agricultura pretende utilizar CEXVEG, un instrumento que hasta la fecha sirve exclusivamente para informar sobre requisitos fitosanitarios de terceros países. La próxima semana conoceremos su aplicación en una reunión a la que nos ha convocado. Estos certificados podrían ser asumidos por las autoridades británicas si no se plantean cambios en la política fitosanitaria.

Y no debería haber problemas, puesto que hasta ahora Reino Unido aplica los mismos requisitos fitosanitarios que el resto de la UE, pero todo depende de la voluntad política. Si el mercado comunitario comienza a poner trabas a las importaciones británicas, es lógico pensar que Reino Unido pueda responder con la misma moneda y las barreras fitosanitarias sean utilizadas como un arma fronteriza, como ya sufrimos en otros mercados.

En términos de logística, no sería posible para las autoridades británicas controlar el trasiego que supone la llegada diaria de productos frescos a Gran Bretaña. Solamente desde España enviamos en la pasada campaña 1,5 millones de toneladas de frutas y hortalizas frescas a Reino Unido (482.713 desde la Región de Murcia), lo que supone más de 1.700 millones de euros para las exportaciones hortofrutícolas españolas (554 millones para las murcianas).

El transporte por carretera ya ha avisado de que un Brexit duro encarecerá los envíos otro 10%. Un país no comunitario tiene más complicados los retornos en el transporte y la rotación de vehículos actual, de 6-8 días, podría ampliarse, con el consiguiente incremento de los costes.

Desde Proexport hemos recomendado que se habilite una vía de urgencia en la frontera para perecederos o fast track, que permita mantener el ritmo actual con Reino Unido en las exportaciones de productos frescos por carretera. Las últimas decisiones del Gobierno británico parecen ir en este sentido.

Confiamos con medidas de esta naturaleza, aprovechar una de nuestras principales fortalezas: ser capaces de llegar en tres días al punto de destino con nuestras frutas y hortalizas recién recolectadas. Si los trámites en Aduana, las trabas fitosanitarias o los pasos fronterizos alargan este tiempo de llegada se verá afectada la calidad de nuestras frutas y hortalizas y dejaremos de ser rentables y atractivos para el mercado británico.

Según se aproxima la decisión final se irán despejando dudas para los exportadores de frutas y hortalizas frescas. Nuestro sector es uno de los que más puede verse afectado por un ‘brexit’ duro y quien negocia desde un escaño debe entender que nuestras frutas y hortalizas no pueden esperar días en una frontera. Es el momento de la negociación política y la agilización de los trámites entre administraciones.

De lo que no cabe duda es que después del día “B”, las empresas hortofrutícolas murcianas pretendemos seguir sirviendo al consumidor británico frutas y hortalizas de extraordinaria calidad y sabor.

Juan Marín Bravo, presidente de Proexport

Artículo publicado en el diario La Verdad de Murcia el 10 de febrero de 2109.

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