El manifiesto suscrito por Proexport, CRCC, Fundación Ingenio y Fecoam expresa la conciencia y compromiso medioambiental de nuestra agricultura y advierte de la grave repercusión que representará La Ley del Mar Menor si no se incorporan las propuestas del sector agro.

  • El ineludible tránsito hacia la sostenibilidad ambiental de las actividades humanas, incluidas las actividades económicas, ha de realizarse de forma transversal y simultánea para ser eficaz. Esto resulta especialmente importante en aquellos casos en que un importante deterioro medioambiental haya sido causado por un conjunto de factores, como ocurre con el estado actual del Mar Menor.
  • La agricultura, presa fácil. Por eso, en su actual redacción, la nueva Ley de Protección integral del Mar Menor profundiza en los mismos errores de su predecesora, la Ley 1/2018, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad ambiental del Mar Menor, al centrar de forma abrumadora sus medidas hacia el sector agrícola y ganadero, dedicando alrededor de un 70% de su articulado al sector agrario, imponiendo su aplicación inmediata, impidiendo prácticamente la continuidad de forma rentable de la actividad agrícola y abocándola así a su desaparición. Al mismo tiempo, actúa de forma mucha más laxa y progresiva en otras actividades económicas, tal es el caso del turismo de masas, de la planificación urbanística descontrolada o del vertido de metales pesados, por citar algunos ejemplos. La eficacia para alcanzar el fin último que todos compartimos, la recuperación medioambiental del Mar Menor, se verá seriamente comprometida por ello.
  • Medidas ineficaces que no servirán para salvar el Mar Menor, pero sí para dañar al motor económico de la región. Estudios de la Universidad Politécnica de Cartagena avalan que las medidas propuestas, algunas de ellas sin la base ni el rigor científico necesarios, apenas tendrán efectos positivos para la laguna, mientras que pondrán en serio peligro la supervivencia del sector agrario murciano. Esto se traduciría en la pérdida de miles de puestos de trabajo en las zonas rurales y conllevaría una importante pérdida de riqueza para la región. Además, no solo la agricultura se vería afectada, sino que el impacto alcanzaría a toda la cadena de valor agroalimentaria (transportistas, distribuidores, comercios, cooperativas agrarias, talleres, concesionarios, recicladoras, etc.).
  • Visión transversal y apoyo en la ciencia, ejes de la solución al Mar Menor. Reivindicamos que todas las medidas que se propongan estén justificadas por criterios técnicos y científicos. De lo contrario, la problemática del Mar Menor no se resolverá y, a cambio, se pondrá en riesgo al tejido socioeconómico de la región. Algunos ejemplos de medidas que dañan gravemente a la agricultura y cuya eficacia no está debidamente acreditada son:
  • Plan de Ordenación Territorial de la cuenca vertiente del Mar Menor. El plan pretende cambiar los usos agrícolas del suelo a otros de carácter ecológico, forestal y turístico en una zona regable declarada de alto interés cuyos terrenos son los que menos impacto ambiental generan gracias a las inversiones realizadas (e.g. agricultura ecológica de regadío, sistemas de cultivo en superficie confinada con recirculación de nutrientes o agricultura sostenible de precisión).
  • Sentido del laboreo: La propuesta de que los cultivos sigan en todo momento las curvas de nivel del terreno no es adecuada porque cuando la pendiente del terreno es inferior al 2%, la transferencia de lluvias a escorrentías es irrelevante y además incompatible con la agricultura de regadío implantada en el Campo de Cartagena y con el correcto drenaje superficial de los terrenos.
  • Setos vegetales de conservación: La obligación de establecer estructuras vegetales de conservación en todos los cultivos de regadío para la retención y regulación de las aguas y escorrentías es una medida de dudosa efectividad en terrenos con poca pendiente como los del Campo de Cartagena, de ahí que sea muy importante no gravar con esta carga a las pequeñas parcelas de menos de 0,5 Ha, pues ello haría que sus explotaciones agrícolas no fueran rentables. Por otra parte, la posibilidad de sustituir los setos vegetales por bancales o caballones debería habilitarse a parcelas con pendientes inferiores al 2% y no al 1% que dice la ley.
  • La agricultura del futuro será verde o no será. El sector agrícola de Murcia es el primer interesado en trabajar para encontrar una solución a la situación actual del Mar Menor. El desempeño eficiente de la actividad agrícola necesita de un medioambiente saludable y a su consecución se compromete el sector agrario. El suelo y el agua son soportes indispensables para el desarrollo de nuestra actividad y dado que disponer de ellos en las mejores condiciones es, más allá de un bien global, un factor de competitividad agraria, y queremos avanzar mejor y más rápido en el proceso que venimos desarrollando hacia una agricultura más sostenible y plenamente compatible con la recuperación del Mar Menor. Por eso trabajamos constantemente desde hace años en la mejora y modernización de las prácticas agrarias, con un modelo de irrigación localizada en el 98% de las explotaciones.
  • El conocimiento científico y las soluciones técnicas deben ser las bases en las que nos apoyemos para alcanzar los más altos niveles de sostenibilidad. Por eso reclamamos que la nueva Ley se sustente en la CIENCIA, NO EN LA CREENCIA. Alcanzar la mayor sostenibilidad no puede lograrse retrocediendo al pasado, sino avanzando hacia el futuro con la ciencia y el conocimiento como guía. Así ha sido como hemos conseguido algunos logros con un impacto medioambiental positivo:
  • Consumir menos agua por kilo de producto obtenido.
  • Reducir la utilización de fitosanitarios con nuevas técnicas de lucha biológica.
  • Reducir la utilización de productos químicos en la desinfección de suelos.
  • Gestionar las aguas residuales urbanas, mediante la reutilización para riego de aguas regeneradas, etc.
  • El sector agrario ha incorporado en los últimos años nuevas técnicas y prácticas de cultivo para reducir su impacto medioambiental. De forma más intensa y decidida que otras actividades que afectan al Mar Menor, pero existe margen de mejora de la mano de los avances técnicos y científicos. El sector quiere expresar su compromiso para continuar avanzando en esa línea. Pero, para que nuestro sector agrario siga avanzando en la mejora de su sostenibilidad ambiental, es imprescindible también garantizar su sostenibilidad económica y social.
  • Agricultura y Mar Menor son compatibles y necesarias en Murcia. Del mismo modo que la agricultura del futuro será sostenible medioambientalmente, o no será, la transición a la sostenibilidad no se alcanzará si la agricultura ve comprometida su viabilidad económica. NOS SUMAMOS A QUIENES DECLARAN QUE AGRICULTURA Y MAR MENOR SON COMPATIBLES E INSTAMOS A DAR SOPORTE REAL A ESA AFIRMACIÓN. Porque si no hay sostenibilidad económica sencillamente no habrá agricultura ni de regadío ni de secano, ni convencional ni ecológica. Por eso pedimos la revisión del Proyecto de Ley en la búsqueda de consensos amplios basados en criterios técnicos y científicos, no sólo dirigidos al sector agrario.
  • Salvar el Mar Menor es tarea de todos. Porque el sector agrario, por mucho que se le exija, no podrá por sí solo lo que compete a muchos, porque salvar el Mar Menor es tarea de todos. Por eso pedimos:
    1. Revisión de la ley y consenso para trazar un futuro donde la agricultura y el Mar Menor sean compatible. El sector agroalimentario se opone al actual texto legal y exige una revisión del mismo para buscar el consenso con todos los actores implicados a través de soluciones basadas en criterios técnicos.
    2. Abrir líneas de diálogo con las administraciones y actores implicados, partiendo de un análisis sincero que nos escuche a todos. Porque los agricultores somos los primeros interesados en aportar soluciones para preservar el medio rural. Porque si algo tenemos claro es que la solución no es destruir nuestra agricultura.
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