El Presidente de Proexport, Juan Marín, destaca que los agricultores de la Región y las empresas hortofrutícolas comienzan un año cargado de retos y desafíos. Entre ellos, el trasvase cero, la nueva Política Agraria Común que ha de negociarse en Bruselas y la ley del Mar Menor que supone un cambio drástico para el sector regional, “son nuevas reglas de producción, muchas e importantes, que obligarán al sector a hacer un gran esfuerzo. Hay cientos de agricultores afectados que tienen que cambiar radicalmente su forma de funcionar”.

En la actualidad, Proexport representa a más de 100 empresas agrícolas con cerca de 28.000 empleados. Marín, que lleva al frente desde 2009, sostiene que el compromiso de los agricultores con el Mar Menor es absoluto y que las empresas del sector no están contaminando la laguna. “Todas las empresas afectadas han dicho: yo voy a cumplir con esto”.

-Empiezan el año con un trasvase cero que va a complicar mucho la vida a los agricultores.

-Nos la complica mucho. Estamos en un momento muy extremo. El sector agroalimentario no va a dejar que habiendo una ley se incumpla. Es un periodo de posicionamiento y negociaciones territoriales en este país y nos han utilizado como moneda de cambio. Estoy convencido de que a partir de este mes de enero el agua va a volver a su sitio.

-¿Tiene esperanza entonces?

-Tengo esperanza. Se va a revertir sí o sí. Han subido mucho las reservas de agua y ha llovido, afortunadamente. Y hay una ley que se tiene que cumplir. En noviembre hubo una reunión en la Mesa del Agua en la que se decidió ser dialogante con el nuevo gobierno. No buscamos confrontación. Lo que pasa es que lo de diciembre nos ha roto los esquemas.

“EL SECTOR AGROALIMENTARIO DEL LEVANTE ENTERO, NO SÓLO DE MURCIA, SE ECHARÁ A LA CALLE PARA EXIGIR QUE SE CUMPLAN LAS LEYES”

-¿Y si vuelve a pasar en enero?

-Pues haremos movilizaciones a partir de este mes. Pero estoy convencido de que, por sentido común, por justicia y por ley, no se puede mantener. El sector agroalimentario del Levante entero, no sólo de Murcia, se echará a la calle para exigir que se cumplan las leyes. Ahora mismo se está prevaricando porque hay una ley y se está incumpliendo con la excusa del Mar Menor, que no tiene sentido. Hay una ley que dice que toda el agua sobrante por encima de los 400 hectómetros cúbicos ha de ser trasvasada.

-Esa medida se ha tomado por el deterioro del Mar Menor. ¿Qué responsabilidad tiene la agricultura en estado actual de la laguna?

-La Región de Murcia tiene responsabilidad en el Mar Menor. La agricultura no me atrevo a decir qué parte le corresponde. Habrá contribuido en parte pero a día de hoy te puedo decir que las empresas que nosotros controlamos no están contaminando el Mar Menor. La nueva ley, que es uno de los grandes retos que tenemos para el 2020, va a modificar completamente los hábitos de cultivo que se han tenido tradicionalmente en los últimos 40 años. Estamos haciendo un trabajo importante. Somos muy sensibles. Pero esto no se va a cambiar en seis meses. Ahora mismo no se puede criminalizar al sector. Hay muchos factores. Por ejemplo, los técnicos que consultamos apuntan a que las golas se han ido cegando y no ha habido ese flujo entre mares.

-Los grupos ecologistas aseguran que no es la solución.

-Pero es que lo que dicen los ecologistas no es palabra de Dios.

“LA REGIÓN DE MURCIA TIENE RESPONSABILIDAD EN EL MAR MENOR. LA AGRICULTURA NO ME ATREVO A DECIR QUÉ PARTE LE CORRESPONDE”

¿Qué le parece la nueva ley del Mar Menor?

-Muy compleja. Incluye cambios drásticos, muchos temas que van a afectar a la forma de cultivar. El tiempo dirá. Va a suponer un cambio y una nueva forma de actuar. Pero todas las empresas afectadas han dicho: yo voy a cumplir con esto. Pero esta ley, si no va acompañada de un plan de vertido cero, no sirve para nada. Tenemos que hacer un esfuerzo todos los españoles y el Gobierno central debe contribuir.

-¿Considera adecuadas todas las medidas?

-Creo que es una ley muy drástica pero el Mar Menor prima por encima de todo. Creo que nadie pone en duda que es prioritario. Cuando se hace una regulación integral, hay unas medidas que son más prácticas y otras menos. Ha costado mucho trabajo, era mucha la presión que tenía la Administración y estoy convencido que algunas no va a ser tan efectivas como se piensa, pero lo iremos viendo. Hablan de una reconversión del sector pero tenemos una agricultura ejemplar. Vienen a aprender de nosotros de todo el mundo.

-¿Cuántas hectáreas hay en la actualidad en la Región destinadas a la agricultura?

-Unas 250.000 hectáreas. ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a comer dentro de 10 años? ¿Nos vamos a traer de Marruecos, de China, donde vienen productos contaminados, donde se le paga a la gente 2 euros al día, donde no se cuida esa sostenibilidad con la que se nos llena la boca? Es que allí se están utilizando productos fitosanitarios no autorizados aquí. Y entran por la puerta de atrás.

-¿La agricultura regional es rentable?

-Es uno de los retos que tenemos. La agricultura debe recuperar una rentabilidad que se ha perdido en las últimas campañas y algunos agricultores no están cubriendo costes. Ahora hay una agricultura más exigente. El agua la pagamos más cara que en todo el país y quieren sustituir el agua del trasvase por desalada. La subida del salario mínimo también influye.

-¿Han notado un efecto negativo a nivel de ventas por el tema del Mar Menor? Es algo que se ha comentado bastante.

-Hemos notado preocupación desde 2016 pero como somos gente seria, cuando un cliente te dice algo, le enseñas la documentación que haga falta para dar tranquilidad.

-¿Entonces hay confianza en la agricultura de la Región?

-Hay confianza plena. Estamos haciendo las cosas bien. La situación no ayuda, pero somos empresas serias y llevamos muchos años. Y si alguien lo está haciendo mal, con esa nueva ley que se ejecute y se sancione.

“LOS TRABAJADORES DEL CAMPO NO COBRAN 1.000 EUROS, COBRAN MÁS”

-¿La subida del salario mínimo perjudica?

-Va a perjudicar.

-Es un trabajo muy duro. ¿1.000 euros netos al mes lo considera excesivo?

-Es que no se están pagando 1.000 euros. Hay que irse al campo y ver lo que cobra la gente en tres meses de recolección. Pero no se puede limitar a 40 horas semanales. Hay que echar más horas porque la temporada lo exige. Pero los trabajadores del campo no cobran 1.000 euros, cobran más.

-¿Y han mejorado las condiciones laborales?

-Han mejorado mucho. Hay avances técnicos que hacen que cada vez el trabajo sea más sencillo. Por ejemplo, con almacenes móviles. El trabajo que estamos haciendo hoy es muy técnico y los riesgos laborales son mucho menores. Ha evolucionado mucho.

-Se ha invertido entonces en innovación.

-Yo invito a ir al campo. Ya no sé trabajar en la finca de mis padres. Yo he cogido un tractor y ahora no sé manejarlo. Lleva GPS , se planta de forma calculada, cada 10 centímetros, calibrando, todo informatizado. Se ha invertido mucho en tecnología o no podríamos competir. Siempre se puede mejorar pero prácticamente son cadenas de montaje sobre el terreno mecanizadas. Pero algo no hemos hecho bien cuando no llegamos a la sociedad. Hemos estado inmersos en producir calidad, sabor, sano, pero algo no hemos hecho bien.

-¿Temen como les afectará el Brexit?

-Hemos sufrido mucho. Pero la mejor noticia del Brexit es que ya ha ocurrido. Lo peor es la incertidumbre y llevamos tres años así. La producción murciana lo ha pagado con ese 10-15% que se ha devaluado la libra. ¿Qué va a pasar ahora? Estamos deseando que se cumplan los plazos. Nos hemos quitado presión porque los clientes nos han dicho que no hay ningún problema. Esperamos que no se graven esas verduras y hortalizas, alimentos de primera necesidad, porque va a repercutir en el que consume o en el que produce.

-¿Qué esperan de la nueva Política Agraria Común (PAC)?

-Hay división. Media Europa que produce, la del sur, y la que consume, la del norte. Nos gustaría que se mantengan las condiciones de los fondos de los últimos años. Pero algún recorte habrá, porque la factura de Brexit o de la inmigración hay que pagarla. La nueva PAC tiene retos importantes. Insisto: que no tengamos que comer todo de China los próximos años.

Entrevista publicada por Concha Alcántara en el diario Murcia Plaza el 06/01/2020.

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