El director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, destacó hoy el “alto nivel científico-técnico de las ponencias presentadas por los diferentes grupos de trabajo en el XXVII Congreso Nacional de Riegos celebrado en Murcia durante esta semana”. Una de las conclusiones provisionales más destacables de dicho Congreso señala que “la implantación de regadíos sostenibles va a contribuir a potenciar la actividad agraria como sumidero de CO2, para reducir la erosión y la desertificación y, como consecuencia, minimizar el efecto negativo del cambio climático”.

El grupo de trabajo sobre Agua de Riego, Salinidad, Drenaje y Efectos Ambientales, señala la importancia de “mejorar la gestión del agua y las técnicas de fertilización para lograr un aprovechamiento más eficaz y elevar la calidad de las aguas de retorno”. Apunta asimismo que las aguas residuales depuradas han de ser manejadas adecuadamente “para evitar posibles deterioros en las instalaciones de los equipos de riego y muy especialmente en los cabezales”.
El grupo de Ingeniería del Riego señala que “debe prestarse mayor atención al diseño, construcción, explotación y mantenimiento de balsas de almacenamiento de agua para riego e investigar los problemas de roturas de estas infraestructuras”.

Señala asimismo que “el tapado de las balsas de almacenamiento de agua con coberturas de sombreo reduce la evapotranspiración en más de un 85 por ciento, mejoran la calidad del agua de riego y reducen el consumo de energía empleado en los procesos posteriores de filtrado de agua”. También advierte que “en las Comunidades de Regantes existe un margen de ahorro energético potencial de un 20 por ciento del consumo actual y un ahorro económico del 30 por ciento, si se realizan mejoras en el diseño y manejo de las instalaciones, equipos de bombeo y optimización de la tarifa eléctrica”. En este sentido, recomienda la realización de auditorías energéticas.
El grupo de Agrohidrología e Hidráulica Agrícola recomienda “incrementar los trabajos de investigación sobre las relaciones agua-suelo-planta, ya que son fundamentales para la aplicación de cualquier estudio relacionado con el riego”.

Recomienda asimismo el estudio de la evaporación del suelo y la transpiración de los cultivos de forma individualizada, “a fin de precisar las cantidades de agua realmente empleadas por las plantas”.
Optimizar la gestión Entre las conclusiones finales destacan “la necesidad de una buena relación entre las Comunidades de Regantes y sus comuneros para optimizar la gestión de un recurso escaso y valioso como es el agua”.La preferencia por los métodos de teledetección y los Sistemas de Información Geográfica se señalan “como elementos de apoyo al inventario y caracterización de los regadíos”.
Otra de las conclusiones está relacionada con el fomento del uso de medios informáticos entre los regantes “como instrumento de difusión del conocimiento, transferencia tecnológica y datos, así como para la interlocución entre los usuarios y sus instituciones”. Finalmente, para alcanzar el éxito y sostenimiento de los nuevos regadíos “se considera necesaria la participación de los usuarios en la toma de decisiones en su fase de planificación, y que se tengan en cuenta las ideas nacidas de la experiencia de los agricultores”.

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