Diario de Almería – El presidente del Sindicato de Regantes del Acueducto Tajo-Segura analiza la iniciativa de subir caudales ecológicos en determinados tramos del Tajo, la “confrontación” entre el plan de este y el del Segura y el impacto de la posible planificación hidrológica definitiva

La Comisión Central del Trasvase Tajo-Segura autorizaba el pasado viernes 24 de junio un trasvase desde los embalses de Entrepeñas-Buendía de 16 hectómetros cúbicos (hm3) para dicho mes, manteniendo el nivel 3, que corresponde con una situación hidrológica excepcional. Son 4 hm3 menos del total al que se podía optar. ¿Cómo valora el nuevo trasvase?

-Primero decir que este año no es un año de escasez ni de urgencia, pero ha habido un recorte ínfimo e innecesario que ha venido ocurriendo, salvo una honrosa excepción el mes anterior, cada vez que nos hemos enfrentado a nivel 3 con la actual dirección del Ministerio. Cada vez que estamos en nivel 3 y pese que a los técnicos del Cedex proponen un trasvase de 20 hm3 siempre la decisión final del Ministerio es la de recortar en algún hectómetro cúbico esa propuesta inicial de los técnicos. Vuelvo a decir que es un año en que no hay la urgencia de otros, pero sí nos preocupa que esto se pueda ir repitiendo en años que sí la haya.

– Si todo marcha, para octubre podría estar el nuevo plan hidrológico que podría contemplar los recortes definitivos que teme el levante español, ¿no es así?

-Entendemos que con el nuevo plan lo que habrá que hacer será un estudio en detalle de las reglas de explotación. Las reglas actuales están planteadas con un régimen de caudal ecológico muy distinto al que pueda salir con la planificación hidrológica resultante. En principio se espera que esté para finales de septiembre u octubre.

–¿Qué perspectivas tienen tras las reuniones mantenidas?

-Todo está en suspenso. Estamos inmersos en la evaluación medioambiental de los planes hidrológicos donde hay una dicotomía y confrontación entre dos: el del Segura y el de Tajo, que curiosamente son los que retrasan históricamente toda la planificación hidrológica. Un dicotomía o confrontación, como decía, porque el del Tajo plantea una merma, por motivo de elevación de caudales ecológicos, de caudales a trasvasar hacia el Levante por el trasvase Tajo-Segura; esa merma la cifra en 105 hectómetros cúbicos, mientras el plan del Segura no reconoce ninguna merma por el plan del Tajo, salvo para informar de las catastróficas consecuencias que tendría la aprobación definitiva del plan del Tajo tal y como está planteado. Así que todas las espadas en alto, está todo pendiente de esa información medioambiental, también queda por delante el informe perceptivo pero no vinculante del Consejo del Estado y, finalmente, será el Consejo de Ministros el que adopte la decisión última mediante un real decreto.

–Hasta ahora se permite un trasvase de más de 400 hectómetros cúbicos para regadío a cuyo límite nunca se ha llegado, suele quedarse en torno a la mitad, ¿entonces por qué rebajarlo?

-Creo que en una ocasión se trasvasó todo porque había mucha agua. El trasvase contemplaba 600 hm3 originariamente, finalmente lo que hay aprobados son 421 hm3 para regadío y 110 para abastecimiento; este que, por cierto, sirve agua a poblaciones de una relevancia turística y agrícola tan importante como el Valle del Almanzora. El recorte se produce porque en la planificación española se introdujo algo que no está introducido en buena parte de las leyes de planificación europeas, que es el tema de los caudales ecológico y, no se introduce como un caudal circulante que mantuviera la vida del río, es un concepto muy ideológico y se convierte en un objetivo final. Así, ¿hay que subir caudales ecológicos porque hace falta para la flora y fauna del río? No, pero hay que subirlo y esto al final tiene una afección en los usos humanos que se hace del agua. La subida de caudales en algunos puntos como Aranjuez, Talavera, Toledo afecta directamente a la viabilidad del trasvase. ¿Por qué se va a subir el caudal en Aranjuez cuando es la parte del río que mejor estado presenta? Lo desconocemos, ¿por qué decimos que todo es debate político? Primero, porque conocemos de cerca lo que ocurre entre bambalinas y, segundo, es que de todas las propuestas de subida de caudales que se hicieron en el borrador del plan en la fase previa a la que nos encontramos ahora solo se mantienen las subidas que afectan al trasvase Tajo-Segura; el resto de tramos que se habían planteado han sido rebajados en algunos casos escandalosamente. Cuando atamos cabos la interpretación es: si donde el río presenta buen estado suben caudales y precisamente es en ese tramo donde más daño se hace al trasvase y en el resto, incluido la confluencia con el Jarama, donde el río está podrido, bajan caudales ecológicos…, se nos podrá tachar a los regantes de belicosos, de reivindicativos, pero de imbéciles no, porque en una interpretación sencilla cualquiera entiende que eso tiene una connotación política clarísima.

–En el caso del presidente de Castilla-La Mancha (Emiliano García-Page) ha estado muy activo en este tema, ¿no?

-Luego le añadimos las declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha y su consejero. Hay que escuchar lo que dicen, dicen que los caudales ecológicos son los que ellos han pactado con el Gobierno. Cuando uno oye eso y que luego le hablen de la técnica, que si la confederación… Con una salvedad y nadie lo dice en Castilla -La Mancha, los pueblos ribereños están siendo engañados por sus dirigentes políticos, alabando la subida de caudales ecológicos y toda la subida va directamente a la cuenta de los embalses de Entrepeñas y Buendía y son de obligado cumplimiento. Eso va implicar que la lámina de agua de Entrepeñas y Buendía va a bajar y, ojo, ahora, cada vez que estamos en nivel 3 la ministra recorta el trasvase y deja cuatro hectómetros arriba en Entrepeñas y Buendía manteniéndose, pero cuando ocurra lo que ha de venir esa agua va a bajar sí o sí, luego alguien está haciendo palmas por allí y algún día tendrá que explicar el porqué de apoyar esta medida que, objetivamente, no beneficiará a los pueblos ribereños y en algunos meses, cuando en la actualidad las decisiones políticas benefician que haya más agua en esa lámina, con la modificación no se va a ver realizada, porque tienen que soltar para subir los caudales ecológicos.

–Entonces, ese agua no quedaría embalsada, iría río abajo…

-El caudal ecológico se puede mantener porque hay embalses de regulación. Sobre el río, en su regimen natural, habría meses en que los caudales ecológicos serían brutales y otros no, pero para mantenerlos elevados hay que soltar agua sí o sí y el funcionario que no lo cumpla se puede ver envuelto en un delito ecológico. Esos caudales bajan de Entrepeñas y Buendía y la lámina de agua va a bajar y nadie puede oponerse. Con el sistema actual, el trasvase cada vez que pueden lo reducen mes a mes y el agua queda embalsada, entonces no sé en qué beneficia esto a nadie. Además, hay que decir que Castilla-La Mancha se lleva dos tercios del pago que se hace por el agua al Estado español, dos terceras partes de los 450 millones de euros aproximadamente que llevamos entregados los regantes y los pueblos del Levante, dinero que debería haberse invertido para que no hubiera habido ningún problema de suministro en los problemas ribereños, pero creo que el que haya problemas beneficia a alguien. Venimos dos años y medio reclamando datos sobre el destino final del dinero, datos que el Estado nos niega y estamos reclamando en los tribunales. Qué se esconde, no tengo ni idea, pero tengo claro que ese dinero no ha ido a solucionar los problemas de los pueblos ribereños.

–En el levante español no hay diferencias políticas entre Andalucía, Murcia y comunidad valenciana a la hora de defender el trasvase, lo que resalta la importancia del mismo en la zona.

-Sin agua no hay nada; esta cuenca sin los aportes externos no sería lo que es hoy, cierto que después han venido otros recursos, como el agua depurada o la desalación, pero solo se puede concebir con el agua del trasvase. Si cogemos los datos del Instituto Nacional de Estadística, el ‘boom’ de la población desde los 80 hasta la actualidad en Almería, Murcia y Alicante es brutal. Con el trasvase, los municipios de Alicante crecen un 78%, mientras el resto de España lo hace en torno a un 35%; pasamos de ser sociedades que emigraban buscando el pan a sociedades asentadas; el agua es la vida e hizo florecer una cultura agrícola que no tiene parangón en Europa. Qué importancia tendrá cuando el propio Ministerio, en el plan del Segura, reconoce y se ve obligado a hacer un informe de daños que conllevaría la reducción del trasvase. Con datos que a mí se me antojan pequeños, reconoce que unas 10.000 personas irían al paro, es decir, 10.000 familias que implicarían unas 40.0000 personas afectadas por esta medida. Cuando hay factorías que se quieren cerrar con 300 personas, se forma un tinglado en una comunidad autónoma…, la diferencia aquí es que esas 10.000 personas aún no tienen nombre y apellido, son dramas que llegarán.

–¿Por que en el plan del Tajo no se hace alude alusión al impacto social y económico?

-Desde nuestro punto de vista este plan incurre en varias ilegalidades. La legislación de planificación obliga a hacer un estudio de consecuencias, de impacto medioambiental, social y económico de cualquier medida que se vaya a adoptar. ¿Cómo resuelve eso la confederación? Diciendo que nosotros no somos una demanda, usuarios del Tajo, así han logrado evitar ese informe al que están obligados.

–La ministra Teresa Ribera habla de que en 2024, en el caso de Almería, estarán resueltas infraestructuras hídricas como la desaladora de Villaricos, etc. ¿Esto serviría para paliar la pérdida de agua del trasvase?

-Te voy a decir lo que dice el Ministerio en el plan del Segura: que la desalación no puede ser sustitutiva del trasvase, entre otras cosas porque no va a poder asumir todas el déficit hídrico que va a generar el mismo y, segundo, su elevado coste solamente se puede paliar con […]

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