Naranja

Información general

Fruto en baya del naranjo, árbol de hoja perenne de la familia de las Rutáceas.

Es originaria del sureste de China y norte de Birmania, aunque se la conoce en el área mediterránea desde hace aproximadamente tres mil años. Desde su lugar de origen, el naranjo se extendió a Japón y a lo largo de la India, llego a Occidente, por la Ruta de la Seda. Formó parte de los banquetes de las clases altas romanas a partir del siglo II. Los árabes la introdujeron en el sur de España en el siglo X, aunque el naranjo dulce no fue conocido hasta 1450. A partir de ese momento fue extendiéndose por toda Europa, alcanzando gran popularidad durante la segunda mitad del siglo XV.

Beneficios

En su composición cabe destacar la elevada cantidad de ácido ascórbico o vitamina C, así como cantidades apreciables de ácido fólico, minerales y fibra, con un aporte interesante de fibra soluble (pectinas), cuyas principales propiedades se relacionan con disminución de colesterol y glucosa en sangre, así como con el desarrollo de la flora intestinal.

La vitamina C está implicada en la producción del colágeno, el cual es necesario para el crecimiento y reparación de células, tejidos, encías, vasos sanguíneos y huesos. Además, tiene la propiedad de mejorar la cicatrización y mejorar la función del sistema inmunitario fortaleciendo las defensas generales del organismo. Su capacidad antioxidante ayuda a neutralizar sustancias cancerígenas como las nitrosaminas, por lo que parece ejercer un papel importante en la prevención frente al cáncer.

Por otro lado, diversos estudios han mostrado que las personas con altas ingestas de vitamina C tienen un menor riesgo de desarrollar otras enfermedades crónicas como enfermedad cardiovascular, cataratas o enfermedades neurodegenerativas.

Además, las naranjas también aportan carotenoides con actividad provitamínica A (alfa-caroteno, beta-caroteno y criptoxantina). Numerosos estudios epidemiológicos sugieren la importancia de estos carotenoides en la prevención de distintos tipos de cáncer. Además, se ha sugerido el posible efecto protector de los mismos en las enfermedades cardiovasculares. También contiene otros carotenoides sin actividad provitamínica A, como la luteína y la zeaxantina, que están presentes en la retina y el cristalino del ojo, y se asocian inversamente con el riesgo de padecer cataratas y degeneración macular.

Las naranjas también presentan en su composición ácidos orgánicos, como el ácido málico y el ácido cítrico, que es el más abundante. Este último es capaz de potenciar la acción de la vitamina C, favorecer la absorción intestinal del calcio, y facilitar la eliminación de residuos tóxicos del organismo, como el ácido úrico. Además, contienen importantes cantidades de los ácidos hidroxicinámicos ferúlico, cafeico y p-cumárico, ordenados de mayor a menor en función de su  actividad antioxidante y su capacidad de inhibir la oxidación de las LDL-colesterol, implicadas en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.

Numerosos estudios han indicado que el aceite esencial obtenido de la piel de la naranja contiene diversos compuestos que son los responsables del aroma de este alimento y que tienen interesantes propiedades beneficiosas para la salud. Entre ellos cabe citar el d-limoneno, el geraniol y el farnesol. En concreto, algunos estudios realizados en animales han indicado la actividad antitumoral del d-limoneno frente al cáncer de piel, pulmón, páncreas, colon y mama. Se piensa que actúa controlando el crecimiento celular. Asimismo, diversos autores han demostrado los efectos antitumorales del farnesol y geraniol a nivel del páncreas.

Las naranjas son ricas en flavonoides. Los más conocidos son: hesperidina, neoshesperidina, naringina, narirutina, tangeretina y nobiletina, a los cuales se les han atribuido múltiples funciones. En concreto, la hesperidina (flavanona) posee efectos antiinflamatorios, analgésicos, hipolipidémicos, antihipertensivos y diuréticos en animales de experimentación. En cuanto a la tangeretina y nobiletina, algunos estudios han sugerido que podrían tener un papel en la prevención del cáncer.

El contenido de fitonutrientes y de pectinas es especialmente relevante en la capa blanca que hay debajo de la corteza.

En lo que se refiere al zumo de naranja, es preciso recordar que éste apenas contiene fibra y tiene menores cantidades vitaminas y minerales que la naranja entera. En cualquier caso, lo ideal es tomarlo recién exprimido, para evitar perdidas de vitamina C.

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