Mandarina

Información general

Fruto del mandarino, árbol de la familia de las Rutáceas muy similar al naranjo, aunque algo más pequeño y delicado.

Existen dudas respecto a su origen, aunque se sabe con certeza que se ha cultivado en China durante varios milenios, remontándose la primera referencia de este fruto al siglo XII a. C. Desde allí se extendió a gran parte del sureste asiático, de forma que en el siglo X ya se cultivaba a gran escala en las provincias sureñas de Japón. En el sur de Europa, norte de Africa y Norteamérica se cultiva desde el siglo XIX, cuando fue traido desde China.

Beneficios

La mandarina aporta cantidades importantes de vitamina C y de provitamina A, y su contenido del resto de vitaminas, minerales y fibra es apreciable. Es destacable su composición en criptoxantina (caroteno), un compuesto que además de transformarse en vitamina A en nuestro organismo, tiene propiedad antioxidante, por lo que se le atribuye una acción preventiva frente al cáncer y la enfermedad cardiovascular.

Además, la mandarina contiene flavonoides (hesperidina, neohesperidina, nobiletina, tangeritina). Concretamente, respecto a la hesperidina (flavanona), algunos estudios indican que posee efectos antiinflamatorios, analgésicos, hipolipidémicos, antihipertensivos y diuréticos en animales de experimentación. En cuanto a la tangeretina y nobiletina, algunos estudios han sugerido que podrían tener un papel protector en el desarrollo del cáncer.

Al igual que otras frutas cítricas, la mandarina también posee sustancias volátiles responsables de su aroma (limonoides) localizadas en la corteza, un tipo de terpenos entre los que cabe destacar el d-limoneno (monoterpeno), un importante agente anticancerígeno, cuya efectividad terapéutica está siendo probada en pacientes de cáncer a los que se les administra oralmente. También posee ácido cítrico y ácido málico, responsables del sabor ácido, pero en menor cantidad que la naranja.

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